Yajaira Laprea: Un Último Adiós con la Fuerza de una Apureña
hace 4 semanas
El pasado 30 de septiembre, en un hospital de Madrid, Yajaira Laprea, arquitecta venezolana oriunda de San Fernando de Apure, decidió despedirse del mundo con la misma valentía que caracterizó su vida. A los 68 años, Yajaira enfrentaba los efectos devastadores de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad que afecta el sistema nervioso y conlleva una degeneración progresiva de las neuronas motoras. Tras ocho años de batalla, optó por la eutanasia, rodeada del amor de su familia y con la convicción de haber vivido plenamente.
Aquel 29 de septiembre, día de su cumpleaños, fue también su último día de vida consciente, uno que compartió con sus seres queridos en un ambiente lleno de risas, historias y recuerdos. Yajaira, una mujer llena de vitalidad y de origen apureño, dejó una huella profunda en quienes la conocieron, y se despidió en paz, dejando tras de sí un legado de amor, fortaleza y determinación.
El Valor de Vivir y Despedirse en Plenitud
Yajaira Laprea, nacida en San Fernando de Apure el 29 de septiembre de 1956, vivió una vida plena como arquitecta, madre y esposa, siempre orgullosa de sus raíces apureñas. Decidió que no esperaría a que la enfermedad terminara por completo con su movilidad y su capacidad para disfrutar de la vida. Eligió su final de manera consciente, rodeada por su familia, entre ellos su hija Andreína Pinedo Laprea, su hijo Alejandro y sus nietos. Juntos, compartieron un último día lleno de cariño y recuerdos entrañables.
El diagnóstico de ELA, una enfermedad que afecta el cerebro, la médula espinal y los músculos, no impidió que Yajaira siguiera siendo una mujer enérgica, decidida y amorosa. Sin embargo, conforme la enfermedad avanzaba, se hizo evidente que su deseo era irse mientras aún podía tomar las riendas de su destino. Y así lo hizo, rodeada de su familia y tranquila en la certeza de haber vivido su vida de manera íntegra y plena.
Una Familia que Hereda su Fuerza
Durante su último día, Yajaira estuvo acompañada de su esposo, John Pinedo, sus hijos Andreína y Alejandro, y sus nietos, quienes viajaron desde distintas partes del mundo para estar con ella. Las risas y las anécdotas llenaron el pequeño apartamento en Madrid, donde Yajaira y su familia se reunieron para despedirla. La historia de Andreína, quien bromeaba sobre las pocas mentiras que le había contado a su madre, ilustró la cercanía y el cariño que siempre compartieron.
Yajaira, con su apureñidad siempre presente, también dejó un legado profesional significativo. Como arquitecta, fue responsable de la creación de numerosas obras, incluyendo la remodelación de su propio hogar en Madrid, un último proyecto que mostró su dedicación hasta el final.
Además de su legado emocional y profesional, Yajaira dejó un legado de vida al decidir donar sus órganos. Con la misma generosidad que la caracterizó en vida, donó sus pulmones, riñones e hígado, así como su cerebro para la investigación de la ELA. Este acto final de generosidad fue para su familia motivo de orgullo y consuelo, sabiendo que, incluso en su despedida, Yajaira seguía brindando a otros la posibilidad de vivir.
Fuente: elnacional
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